(23/09/16) Invocación Religiosa pronunciada por el
Padre Oscar Ángel Naef, Capellán Mayor del Ejército Argentino en el Regimiento
de Infantería 1 “Patricios”
Señor, fuente de la divina misericordia, que les has
dado has estos hombres de Intendencia la vocación de prestar a la comunidad militar
un servicio indispensable, trabajando para asegurar cada día la logística, el
abastecimiento y la administración, haciendo que la vida de los elementos de la
institución se desarrolle de un modo ordenado, sereno y armonioso bajo la
protección de San Mateo Apóstol y Evangelista, escucha la plegaria que hoy te dirigimos
por quienes integran la especialidad y sus familias.
Que este vehículo de la solidaridad concreta de toda
la comunidad que has puesto en las manos de estos hombres y mujeres siga siendo
un don para nuestro Ejército. Que este desafío que requiere firmeza y
abnegación al servicio del bien común, siga transcurriendo con el centro puesto
en el servicio así como también en la atención a las personas, con sentido de responsabilidad, práctica de la
paciencia y espíritu de entrega.
Desde esta perspectiva de fe, hemos venido hoy de los
diversos destinos para celebrar el aniversario en el que queremos agradecerte,
Señor, la oportunidad que nos das de disfrutar de nuestra misión y entregarte como
mérito el esfuerzo de nuestro trabajo.
Cómo no recordar en este intenso itinerario a
quienes nos han precedido haciendo de la especialidad un espacio prestigioso de
vida militar. Por todos ellos y especialmente por los que ya han partido de
entre nosotros, hacemos llegar nuestra oración humilde y sincera.
Y una vez más, en este año, queremos renovar nuestro
compromiso real de responder a las exigencias impuestas por la superioridad en fidelidad
al Evangelio. La certeza que suscitan en el cristiano las palabras del Señor
rescatadas por San Mateo en su Evangelio: "Cuanto hicisteis a uno de estos
hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt 25,40) no puede menos
que inducirnos a agregar un poquito del cielo al correcto ejercicio de nuestra
vocación, como acto de amor a Cristo y al prójimo.
Que por intercesión de la Virgen Santísima de la
Merced, patrona y generala del Ejército Argentino, el cumplimiento de esta
misión tenga siempre presente que Dios ama a todas las personas con ternura y
esperanza, y que especialmente los soldados de Intendencia estamos llamados a
imitarlo en el trato cotidiano a los demás, porque sólo el amor que nace de
Dios es capaz de transformar y hacer crecer a las personas y a las
instituciones. Amén
