Taller sobre vida cristiana y trabajo intelectual - Continuación, segunda parte




En la Residencia Universitaria San José se está llevando a cabo un "Taller sobre vida cristiana y trabajo intelectual" preparado para los estudiantes. Se reproduce a continuación la traducción del francés de la Segunda parte del material que se está usando. (traducción libre del Padre Oscar Naef)




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EL TRABAJO METÓDICO CONDUCE AL ÉXITO
Principios de metodología para el estudiante cristiano
Dr. Pascual Ide
Le Sarment – Fayard
Junio, 1989

CAPÍTULO 2
LOS CONDICIONAMIENTOS VITALES DEL ORDEN MATERIAL
Tu cuerpo y tus estudios
1-      Respeta cuatro principios básicos de la fisiología
1.1- Primer principio: “Dale azúcar a tu motor”. El cerebro es un órgano que utiliza sólo un tipo de combustible: glucosa (azúcar). También consume algunas vitaminas (B12, ácido glutámico) y sales minerales (Calcio, fósforo, magnesio). Por ello, cuando estudies no comas cualquier cosa.
1.1.1- No comer cualquier cosa.
No ingerir estimulantes o calmantes (salvo aquellos calmantes inofensivos).
Atención con el café. No te excedas de 2 o 3 por día, ya que habitualmente ésta necesidad está ligada al mal sueño, o a un desayuno demasiado frugal o estados nerviosos. Es necesario atacar las causas.
▫ Organiza una alimentación equilibrada, especialmente en los períodos de exámenes.
▫ Consume azúcares: lentos y rápidos; calcio y fósforos: quesos (gruyere y holandés), huevo, germen de trigo, almendras, avellanas, nueces; magnesio: germen de trigo, pan integral, chocolate, legumbres; vitamina B12: germen de trigo, yogurt, nueces, almendras, levadura de cerveza; bebida: un mínimo de un litro y medio de agua (la falta de hidratación es una de las más importantes causas de fatiga).
1.1.2- No comer de cualquier manera.
Toma comidas completas y no algunos sándwiches. No comas rápidamente o con desesperación: una comida correctamente ingerida demanda aproximadamente media hora. Muchos males estomacales son provocados por comidas al paso, ingeridas de mala manera.
1.1.3- No comas en cualquier horario.
▫ Tu jornada debe comenzar por un sólido desayuno (un quinto o un cuarto de la ración calórica del día): tostadas con manteca, frutas, huevos. El café caliente no aporta más energías que los azúcares disueltos en él y es la causa de sortear adecuadamente la barrera de las 11 horas. El desayuno supone que dispongas en él un cuarto de hora y que obres en consecuencia.
▫ Un almuerzo y una cena en horarios fijos evitan los calambres de estómago. Come moderadamente.
▫ Si puedes, haz una pausa a media mañana y a media tarde: ese pequeño corte vuelve el trabajo agradable.
1.2- Segundo principio: “El cerebro necesita una buena irrigación sanguínea”[1].
El cerebro ocupa el dos por cien de nuestro peso corporal, pero consume el veinte por cien del oxígeno de tú organismo. Necesitas entonces, una buena irrigación sanguínea. En consecuencia:
▫ Posee una actitud de riguroso trabajo. Sentado en tu escritorio y no acostado sobre tu cama. De este modo se permiten movimientos respiratorios adecuados.
▫ Posee un lugar de trabajo bien aireado: A) Elimina los elementos que consumen el oxígeno (las estufas); b) Por momentos abre las ventanas para renovar el aire; c) No tengas plantas durante la noche en el lugar de estudio; d) No fumes ni siquiera durante las pausas (…de otra manera, no fumes pura y sencillamente: los mejores estudiantes no fuman, se dice corrientemente).
▫ Oxigénate con regularidad.
¿Cuándo? Durante las pausas, pero también en algunos momentos durante el trabajo (en caso de cansancio o de dolor de cabeza).
¿Cómo? Realiza algunos movimientos de gimnasia respiratoria: inspira a fondo, expira profundamente, relaja los músculos.
1.3- Tercer principio: “Cuerpo fatigado, cerebro poco eficaz”[2]
▫ Oblígate a desarrollar un mínimo de deporte semanal: El deporte de tu elección, si es completo; es preferible un deporte colectivo para los estudiantes que se aíslan por su trabajo.
▫ No permanecer jamás un día sin salir al menos media hora, y durante la salida esfuérzate por no pensar en el trabajo, ni en otro problema que te incomode.
▫ Respeta siempre tus horas de sueño, que deberán ubicarse en un promedio de siete a ocho horas diarias.
▫ Busca algo agradable para distenderte del mejor modo posible en las pausas; por ejemplo: buena música, una reunión con amigos, un fin de semana en el campo no puede menos que estimular tu trabajo.
1.1-             Cuarto principio: “Consigue poner tu cuerpo en condiciones dentro de un marco de trabajo apropiado”
▫ Es el principio del famoso acto reflejo de Pavlov. Consiste en una asociación realizada entre un estímulo condicionante y un reflejo condicionado.
El ejemplo clásico dado por Pavlov es su mejor ilustración: hace escuchar una campanilla (estímulo condicionante) a un perro en el momento que le presenta su comida; la cual genera salivación (reflejo condicionado). Cuando esta experiencia ha sido repetida varias veces es suficiente hacer escuchar la campanilla para hacer provocar la salivación: el estímulo condicionante se convierte entonces, en estímulo condicionado.
▫ ¿Por qué?
Espontáneamente te encontrarás despierto, concentrado, motivado: este reflejo ayuda particularmente en dos problemas capitales de todo estudiante: la memorización y la concentración.
▫ ¿De qué manera?
Estudia: a) en los mismos lugares (en la biblioteca, en tu casa; no pases el tiempo mudándote); b) con una postura similar (consigue instalarse confortablemente, pero presta atención a las condiciones que favorecen somnolencia y distracción: posters que distraen y música fuerte; por ello, la cama no es un buen lugar de trabajo generalmente); c) en horarios semejantes.
2-      Aprende a conocer y respetar tu cuerpo
2.1- ¿Por qué?
Trata tu cuerpo como amigo y no como esclavo; aprende a reconocer sus signos de alarma (pérdida inexplicable de concentración, cansancio excesivo, dolor de cabeza), y trabaja en armonía con tu organismo en lugar de maltratarlo por ignorar sus propias leyes.
Tu cuerpo eres tú mismo: él te acusará tarde o temprano de todo tipo de negligencias o mal tratos (artrosis, miopía).
2.2- ¿Cómo?
▫ Respeta tus ojos.
Trabaja a cuarenta centímetros de la hoja (prácticamente eso equivale a dos palmas). Utiliza buena iluminación (ten una lámpara de escritorio de 60 watts como mínimo).
▫Respeta las articulaciones encontrando una posición adecuada en la mesa de trabajo (espalda derecha, codos no muy separados, cabeza poco inclinada).
3-      El problema de los dolores de cabeza[3]
Si ellos son ocasionales, cuida bien la oxigenación, habitualmente de allí proviene.
Si son agudos o muy persistentes, toma analgésicos benignos (Aspirinas, Doliprane, Glifanan: estos son los nombres de las especialidades farmacológicas más comunes, pero lo importante es la composición más que el nombre de la especialidad) en las dosis prescriptas, sobre todo por las noches. No abuses y no tomes en forma habitual sin consulta médica.
Si son continuos y a pesar de un buen planeamiento de las pausas de oxigenación, piensa especialmente en un problema ocular.
4-      El problema del cansancio
▫ Se exigente y preciso, no toleres grandes cansancios. Cuando te encuentres cansado no estudies ni leas. Los estudios son un acto conciente que debe comenzar y terminar voluntariamente.
▫ Alarga, en principio el tiempo de sueño y aumenta el de las pausas de descanso durante algunos días.
▫ Si la fatiga persiste, no dudes en tomar varios días de verdaderas vacaciones para distenderte. No tocaras en nada tu trabajo. Elige un lugar que te despeje, tus estudios no te precisan, si es posible con la gente a quien tú amas.
No es esto una pérdida de tiempo, aún a pocas semanas de un examen, más vale una semana de descanso (0% de trabajo) más tres semanas de trabajo verdadero (90% de rendimiento), que 4 semanas de estudio a un rendimiento de 50%.
Tu lugar de trabajo[4]
1-      Tu casa
Un lugar propicio para los estudios responde a cinco criterios:
1.1- Animar el trabajo y dar algo de satisfacción
Si es ideal, tendrás gusto al encontrarte allí (es como la esquina reservada a la oración en tu cuarto): el desorden desalienta.
1.2- Favorecer la oración
Coloca allí, icono, crucifijo, palabras del Señor (escrito en letras grandes) y tus propósitos de trabajo).
1.3- Favorece la concentración
No dispongas de distracciones exhibidas al alcance de la mano (nada de revistas, de cartas por escribir, de teléfono…).
No instales algún espectáculo enfrente tuyo (ventana que da en la calle…).  A veces, es necesario solucionarlo con una pared como horizonte.
Recibe el menor ruido posible.  ¡Igualmente la música! 
Contrariamente a las ideas difundidas, consume parte de tu capacidad de concentración en vez de estimularla (especialmente el "hard-rok", etc). 
Por otra parte, antes de comenzar a estudiar o durante la pausa, una música ligera puede relajar.
Ciertos trabajos (como los del doctor Tomatis, sobre el efecto beneficioso de ciertas obras, particularmente de Juan Sebastián Bach o lobo Amadeus Mozart durante trabajo) invitarían a moderar estas afirmaciones.
1.4- Limitar el cansancio corporal por
Una buena iluminación (natural o artificial) que evite cualquier sombra proyectada sobre tu hoja: porque el trabajo intelectual hace especialmente funcionar los ojos; así se debe evitar el cansancio de la vista lo más posible.
Una silla elegida para tener una buena distancia entre los ojos y la hoja, y la espalda derecha sin cruzar las piernas.
Una temperatura justa: ni sauna, ni iglú.  Nuestras civilizaciones modernas recalientan los departamentos: ese favorece las enfermedades y debilita el organismo.
Debajo de 16° C, la retención y memorización de temas plantea problemas.
La mejor calefacción es el radiador eléctrico regulado con 20° C.
1.5- Ser práctico
Busca un lugar de buen tamaño.
Consigue tener al alcance de la mano todos los libros y apuntes que necesitas para trabajar.
El disponer en forma vertical los libros tiene dos ventajas por sobre el apilamiento de los mismos: los encuentras más rápidamente y no desparramas el resto.  Hay algo mejor todavía: los estantes (de plástico, o de madera) en los cuales puedes colocar cada uno, de las diversas materias que estudias actualmente.
Que todos sus bolígrafos estén colocados en un lapicero en tu escritorio.
¿Dónde tiene que estar tu lugar de trabajo?[5]
El lugar ideal es donde guardas los elementos necesarios para el estudio, es decir en general tu cuarto.
Pero a veces, será mejorar el cambio de lugar si tus vecinos son ruidosos o si te distraen.
Considera eventualmente acomodar un espacio de trabajo en un lugar silencioso apartado y consagrar a esta opción parte de tu tiempo en el año que comienza. Compensarás rápidamente este tiempo.
2- Sobre tu lugar de trabajo (generalmente en una biblioteca)
▫ Criterios para la selección de una buena biblioteca (además de los criterios arriba enunciados).
- Es favorable a la concentración, es decir reservado (el ruido de fondo cansa y disminuye tu eficiencia, incluso si no lo tienes presente). Ubícate en un lugar aislado, de espaldas a la puerta para evitar las distracciones.
- Es completa, actualizada, fácil de usar completar tu tema de estudio, equipada con buenos ejemplares generalmente (obras y revistas especializadas para ser consultadas).
No dudes las primeras veces tienen que pasar algunos momentos para familiarizarse con los archivos y los modos de la clasificación.
- Permite el trabajo entre varios.  La biblioteca es un buen lugar para encontrarse y estudiar juntos; el trabajo comunitario silencioso y sereno (pues se hace en la oración) es un testimonio para los otros estudiantes.
Busca las bibliotecas que son apropiadas
Infórmate luego sobre la antigüedad y especialidad
En fin, pasado un tiempo tienes que poder aprovechar la primera biblioteca a tu paso.  Los criterios serán dados en el capítulo 5.
3- Aprenda cómo estudiar en cualquier lugar
¿Cómo?
Es un problema de la concentración (más largo), pero también de voluntad y de motivación: especialmente cuando uno ha tomado el hábito de no trabajar más que en la casa. Y es una cuestión de organización: ten siempre un libro, un curso, o algunas fichas contigo para el caso que tuvieras un cuarto de hora por perder. Caso contrario, aprovecha la presencia de los otros para el diálogo.
¿Dónde?  Adapta el trabajo al lugar
- El transporte público es la causa principal de la pérdida de tiempo: Si no aprovechas para rezar tu rosario, benefíciate aprendiendo tu apunte o haciendo un ejercicio.
Si tiene que viajar parado, puedes usar siempre el recurso de las fichas, que ocupan poco lugar. Puedes también cerrar los ojos y pensar en un problema que se presenta del curso o de un ejercicio.
- Si debes caminar, las fichas son adecuadas; más la idea es la revisión porque no demanda lectura concentrada del curso y de ese modo permite prestar la atención necesaria para el camino.
Sin embargo, aplica estos consejos con moderación.
Al comienzo, es bueno detenerse y no saturar cada minuto: una sana pausa de recreación vuelve el trabajo más eficaz.
No te separes de la realidad viviendo nada más que para tu trabajo y volviéndote incapaz de estar atento a las personas y a la vida.
Haz, por ejemplo, funcionar tus oídos, pues en general, los estudios casi no lo exigen. Escucha y distingue los múltiples ruidos que te rodean.
O bien, capta su importancia con el tacto: percibe tu cuerpo (y sus eventuales tensiones interiores); respira profundamente, sintiendo como cada uno de los millones de alvéolos se desplazan y se cargan de oxígeno que hace movilizar la sangre, bebe lentamente un vaso de agua y percibe con atención el fluir del agua pasando por tu garganta.
Puedes practicar frecuentemente estos ejercicios obteniendo beneficios, especialmente si tus estudios son abstractos o muy polarizantes: repetidas veces al día, particularmente durante las pausas ya explicadas largamente.
Estos ejercicios (que, especialmente el Doctor Vittoz aconseja, dentro de varios) tiene el inmenso valor de hacer presente el presente, pues muy a menudo vives en el futuro o en el pasado: por ejemplo, al caminar por el pasillo estás detenido todavía en el sitio de trabajo y sus problemas o adelantado en la cocina deseoso por comer. Sin embargo, el instante actual es el sacramento de la presencia de Dios. Por otra parte, futuro y pasado son las coordenadas de todas las inquietudes y de todos los pensamientos (el examen que acaban de finalizar o que pronto llegará) que matan la percepción de lo real.
Organiza tu tiempo de trabajo
1-      Planifica tu empleo del tiempo en general. Elabora una agenda – plan.
1.1-             Primer principio: “Fijar las prioridades de tu vida”.
Para el cristiano, el orden de las prioridades cotidianas es el siguiente (medítalas en la oración, y ponlas por escrito para releerlas en los días de desaliento o de rebelión):
1.1.1-       Las necesidades materiales: dormir, comer, bañarse, ordenar el cuarto…
1.1.2-       La oración y en este tema, no es inútil recordar lo apropiado del apostolado (útil para el prójimo y desde luego…) para un sano equilibrio de la vida en el estudiante.
Aunque la actividad de evangelización no parece tener ninguna relación con los estudios, en realidad ella abre el corazón y evita replegarse demasiado sobre las dificultades que conlleva el estudio, y así refuerza el sentido de las verdaderas finalidades y, además, alegra el alma ver cómo el Espíritu Santo sabe realizar maravillas a partir de nuestro apostolado. Lejos, entonces, de distraerte de los estudios, el apostolado (bajo la forma, por ejemplo, de una misión durante algunos días una o dos veces al año) infunde nuevas fuerzas para las largas semanas que prosiguen.
Estos consejos surgen de la experiencia de más de un estudiante y sirven, ya sea en período de cursadas, ya en el mes que antecede a los exámenes.
1.1.3-       Los estudios
1.1.4-       Las reuniones sociales, el tiempo de ocio, el deporte, los hobbies.
1.2-             Segundo principio: “Aprende a no perder el tiempo”
Es lo propio del Santo que utiliza cada minuto para el Señor.
Una buena planificación no incluye espacios en blanco, es decir “tiempos muertos”. Es necesario saber que se va a hacer en cada hora del día, aún deben incluirse los quince minutos que a veces se descuentan por considerarlos no provechosos: ¡Es increíble el tiempo que representan si los sumamos al final del día!
Ahora bien, ello no implica excluir el reposo o el espacio de distracción, ya que tu plan debe contemplar también un tiempo para ellos.
Como ya hemos visto, aprende a estudiar durante los viajes: este consejo es especialmente para aquellos que viven en las grandes ciudades.
Entiende que todos pueden llegar hasta allí.
1.3-             Tercer principio: Organiza tu plan en función de las prioridades”.
Ubica, entonces, dentro de tu empleo del tiempo del día:
1.3.1- En primer lugar, las prioridades ineludibles.
El tiempo de oración: por lo general tiene una duración fija, elige preferentemente el momento de menos somnolencia: ni muy tarde, al finalizar la jornada, ni inmediatamente después de la comida.
El horario de descanso: es necesario ocho horas aproximadamente: el trabajo es frecuentemente más eficaz si te acuestas antes de medianoche y te levantas antes de las ocho de la mañana.
                Pero debes adaptar estos consejos:
-      Ciertas personas necesitan de diez horas y otras de seis (también algunas descienden a cuatro, o menos durante un tiempo, sin que aparezca cansancio). Encuentra la duración adecuada dentro de un período de prueba de 8 a 15 días, durmiendo en un horario fijo y juzga luego los efectos (concentración, languidez, buen humor, etc.) para después saber si debes acortar o alargar el tiempo de sueño.
-      El tiempo de descanso es un término medio sobre varios días; pues, en general, tú puedes permitirte una relativa flexibilidad y, por ejemplo, tu determinas, sin perjuicio alguno, acortar una noche el tiempo de sueño, en la medida en que lo recuperes en los días siguientes. Ello supone, entonces, que lo hayas previsto y que no te dejes sorprender por una serie de noches abreviadas.
-      Es necesario, por otro lado, saber que las necesidades de sueño varían para una misma persona según los períodos. En general, el estrés (exámenes, combates espirituales, etc.) demandan un tiempo de sueño más prolongado, ya que la principal función del descanso y del sueño es de reparar nuestra pérdida de energías físicas y psicológicas.
-      En resumen, se flexible, aprende a conocer tu ritmo interior y tus primeros signos de fatiga o de tensión (quienes nos rodean resultan ser un adecuado termómetro, por poco que puedas escucharlos hazlo con humildad e interés).
El tiempo dedicado a las comidas (un cuarto de hora por la mañana, y media hora a medio día, aproximadamente); si esos tiempos se reducen, el estómago corre el riesgo de sufrir trastornos.
El tiempo fijo de trabajo: cursos, trabajos prácticos, en los medios de transporte durante los viajes.
Luego, los tiempos que pueden adaptarse
Ubica los tiempos de trabajo personal en los espacios vacíos del plan (veremos cómo más abajo).
El deporte depende del gusto de cada uno, pero una hora semanal es el mínimo exigible.
El relax propiamente dicho está reservado para el fin de semana, especialmente el domingo.
1.4-             Cuarto principio: “Organizarse, es en primer lugar, reflexionar”[6]
No asumas planes ya hechos: cada persona tiene diferentes exigencias.
Además, reflexiona bien al comienzo del año, antes de introducirte de lleno en el trabajo. La táctica del rinoceronte ayuda poco.
Busca ayuda adecuada que te pueda orientar en criterios y reglas (en lo expuesto hasta el momento y en aquello que aportan los mayores que ya conocen tu carrera). Encuentra la paciencia y la humildad para dejarte enseñar.
Y revisa regularmente tu plan: ¿se encuentra bien actualizado?
2-      Planifica tu tiempo de trabajo personal en general[7]
Confecciona un plan provisorio; formúlate tres preguntas:
2.1- ¿Qué materia estudiar?
Todas las materias de estudio deben figurar en el plan. Cuídate de no olvidar ninguna (generalmente aquella que no nos gusta es la que olvidamos).
¿Estudias solamente aquello que es necesario estudiar?
Desconfía de la tentación de profundizar demasiado en una materia; no superes lo que requiere la comprensión del programa; rechaza toda tentación de dispersión. Ello acontece sobre todo en las materias que se prefieren por encima de aquellas que menos se aman.
Divide la materia para trabajar mejor. En el mundo de las cosas, contrariamente al de las personas, se recomienda dividir para reinar.
Por ejemplo, para el latín, puedes repartir de este modo tu estudio (y tu repaso): gramática (conjugación, sintaxis); vocabulario (filosófico, mitológico, y poético); entrenamiento (revisión de los temas aprendidos).
2.2- ¿Cuánto tiempo dedicarle a una materia?
2.2.1- Criterios:
- Si la materia es difícil o pesada: es necesario disponer aproximadamente de 1 a 2 horas como mínimo por hora de cursada; por el contrario, si es fácil: un curso de filosofía podrá, por ejemplo, no requerir más que un cuarto de hora de lectura atenta.
- ¿Qué se requiere: lectura de apuntes, hacer ejercicios o aprender memorizando? Un tiempo diferente es requerido en cada uno de los casos mencionados.
- ¿Cuál es tu grado de motivación? ¿Eres apasionado por algunas materias más que por otras? Dedícale más tiempo a lo que menos te gusta.
¿Cuál es la dedicación que merece cada materia en función del examen final? Investiga un tiempo el rendimiento con esa dedicación.
2.2.2- Finalmente, reordenando estos criterios, sería excelente que determines un orden para cada materia desde el comienzo del año.
Registra cuanto tiempo necesitas para resolver un ejercicio de matemáticas, para aprender una página de química, o de historia, etc. …pero es posible que surja el desaliento, ya que tenemos en general una sobre valoración de nuestras capacidades. Sin embargo, no hay que desalentarse, ya que se progresará durante el año.
2.3-             ¿Cuándo estudiar cada materia?
2.3.1- Aprende a conocerte
¿Trabajas mejor a la mañana o por la tarde, a esta hora o aquella otra hora del día? En general, resulta difícil estudiar después del almuerzo: resérvate, entonces, media hora de descanso. ¿Este o aquel día de la semana? ¿Tal período del año, hasta tal estación?
De esta forma, efectúa el trabajo más arduo durante el período en el que estás más en forma, y reserva lo más fácil para el resto del tiempo.
2.3.2- Ordena según la naturaleza de las asignaturas
2.3.2.1- Resulta útil estudiar y preparar las materias con anticipación. Este es el caso de las asignaturas con apuntes impresos, de las interrogaciones orales y de las correcciones de ejercicios. En este caso el apunte es un primer acercamiento y permite una asimilación más rápida.
2.3.2.2- Sea suficiente la revisión de la materia anticipadamente.
Los estudios de psicología muestran de modo formal que debes revisar la materia lo más pronto posible (cf. capítulo 7). Cuando la materia está todavía fresca en la memoria. Si dudas, prueba no tomándola hasta el día siguiente y compara con una materia que hayas revisado la tarde misma después de haber cursado. Ello permite, además, completar los apuntes y corregirlos si es necesario.
2.3.3- Organiza, luego, según el resto del horario
Es deseable, aplicar los principios enunciados anteriormente, con la precaución de respetar los tiempos de distracción y de descanso; recordemos que el descanso tiene prioridad: será bueno no excederse de las 22 horas.
Subraya: lo atrasado tenderá algunas veces a acumularse. Reserva siempre uno o más espacios en el planeamiento de la semana, y asíi tendrás tiempo libre para recuperarlo: el sábado es el tiempo ideal que podría dedicarse al estudio o al descanso, según el grado de avance alcanzado en el trabajo (cf. capítulo 7).
2.4-             El plan definitivo
2.4.1- ¿Cuándo establecerlo?
Luego de haber aprendido bien a conocer los propios ritmos interiores y haber medido el tiempo personal necesario para cada materia principal.
2.4.2.1- Si el empleo del tiempo es fijo
- Determina el plan antes de comenzar de lleno el trimestre.
- Pon por escrito en una hoja independiente, bien a mano, para ser consultada fácilmente y en todo momento; esto es mejor que confiar sólo en tu memoria.
- La idea es establecer un ritmo en el estudio de las diferentes materias en la organización de la semana: de esta manera dedicarás, al menos una vez por semana a cada materia, y ello, según un tiempo proporcional al tiempo general que le dedicarás en el transcurso del año.
- Debes adaptar adecuadamente el plan según la materia y los exámenes.
2.4.2.2- Si el empleo del tiempo es variable
Dedica un tiempo al comienzo de la semana para establecer el plan variable (aproximadamente 15 minutos). Vuélcalo por escrito en una agenda.
2.4.2.3- En todos los casos
Reserva un buen tiempo al finalizar el trimestre para la revisión y la recapitulación.
2.4.3- ¿Debes ser el esclavo de tu plan?
Algunos consejos prácticos:
2.4.3.1- Si los resultados de los exámenes son mediocres, es mejor que le prestes fidelidad.
2.4.3.2- Si quieres establecer cambios, que ellos sean mínimos y progresivos. Si transformas tu planificación, ella se vuelve inútil; pierdes los puntos de referencia y corres el riesgo de retrasarte.
2.4.3.3- No dudes en recompensarte cuando un buen trabajo ha concluido en un plazo más corto que lo previsto o cuando has permanecido fiel a una planificación muy estricta y exigente. Eso estimula.
2.4.3.4- Finalmente, mantente libre: la planificación se hace en función de los estudios y no los estudios en función de la planificación.
3- Planifica detalladamente tu tiempo de trabajo.
¿Cómo planificar un día tipo de trabajo?
Los consejos que van a darse están entre los más importantes de todo este manual. Aplícalos en orden de prioridad.
3.1- Comienza por los trabajos más cansadores y los menos atrayentes. Ya que, necesariamente el cansancio aumenta con el tiempo. Ahora bien, atendiendo al cansancio creciente y el interés decreciente, se encuentra el siguiente orden:
-      esfuerzos de memoria,
-      ejecución de ejercicios,
-      lectura de un libro tomando notas,
-      relectura de un curso subrayado,
-      arreglo de fichas, …
3.2- No trabajes más de una hora intensiva sobre un mismo tema.
Estudios americanos han mostrado que es mejor trabajar ocho veces una hora, distribuidas en varios días, que ocho horas sin interrupción.
Sin embargo, se flexible. Esta regla es más apropiada para la etapa de memorización   que para trabajar sobre una disertación sobre la cual es difícil hacerlo con interrupciones en cortos periodos de tiempo.
3.3- Interrumpe muy regularmente tu tiempo de trabajo (aunque pases varias horas sobre un mismo tema).
3.3.1- Conviene no estudiar más de cincuenta minutos de continuo: Algunos estudios psicológicos ponen de manifiesto que ese es el período de tiempo ideal; incluso en los grandes estudiosos.
Al comienzo, si tienes problemas de concentración y según la dificultad de la materia, no dudes en trabajar por períodos de un cuarto de hora con concentración y rigurosidad. Eso es mejor que ocupar tres cuartos de hora sin eficacia en un trabajo que irrita. Poco a poco tu rendimiento crecerá.
3.3.2-       A continuación, haz una pausa.
- La duración debe adaptarse en función del tiempo de trabajo: diez minutos para cincuenta de trabajo es una buena medida. ¡Desde ya, si estudias por etapas de un cuarto de hora, disminuye el descanso!
- ¿Qué hacer durante la pausa?
Todo, excepto trabajo intelectual y aquello que cansa los ojos: entonces, no leas, sino escucha los pájaros, levante del lugar de estudio, has algunos movimientos, come algo que energice. En resumen, has aquello que te agrada y distrae.
3.3.3-       A este respecto, el trabajo en equipo ayuda mucho a ajustarse a la planificación y no trabajar las dos horas seguidas sin ver el tiempo que pasa.
-      No sea demasiado numeroso: un buen grupo de trabajo es a lo sumo de cuatro o cinco personas.
-      Nombre, el grupo, a un responsable: su cualidad no es su inteligencia, sino el sentido para captar a los otros. Debe velar por el silencio (la oración si es posible) y debe sentir si la tensión sube o si la atención disminuye en este o aquel integrante.
-      Decidan al comienzo y de común acuerdo el plan de trabajo: pausas y tiempo de trabajo de la mañana, la tarde o la noche.
-      También se puede probar el responsable: ¡eligiendo a alguien que cambiará!
3.4- Finalmente, aprende a aprovechar la noche para tu trabajo
3.4.1- ¿Por qué?
Porque tu cerebro trabaja incluso durante el sueño: Cantar de los cantares, “Duermo, pero mi corazón está en vela” “De día como de noche, la semilla empuja no se sabe cómo”.
De la misma manera que es necesario consagrar a Dios los primeros momentos del día, del mismo modo debes consagrarle los últimos momentos: así al acostarte, como al despertar. Tu jornada debe ser como la vida de Cristo cuya primera y última palabra eran dirigidas a su Padre: “debo ocuparme de las cosas de mi Padre” al comienzo de su vida y de la jornada. Al atardecer de su vida y de su jornada: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
3.4.2- ¿Cómo?
Lo mejor es eliminar de la mesa de luz todo aquello que puede resultar una distracción, tentándote y haciendo que apagues muy tarde la luz. En particular, las revistas de entretenimientos. Has una pequeña oración de acción de gracias, confiando tus intenciones y tus preocupaciones a Jesús. Ruega también a tu ángel de la guarda por tus problemas para fijar en la memoria y los ejercicios no resueltos.
Finalmente, confía a Dios también a tus compañeros de trabajo, y pídele por el éxito de sus exámenes (¿si no quién lo hará?).
3.4.3- Efectos
- Se despertará en ti, aún más, durante la acción de gracias, la alegría y la paz.
- Y encontrará que tú espíritu con mayor claridad encontrará la solución durante la noche; en cualquier caso, purificado y en calma, él estará más apto para comprender y asimilar.
4- El caso particular del repaso para los exámenes
¿Cómo planificar el empleo del tiempo en los días anteriores al examen? La respuesta a este problema está detallada en el capítulo 8.




[1] “Procura, en lo posible, una vida al aire libre… sesiones frecuentes de respiraciones profundas… paseos que enmarquen el trabajo o bien combinándolo con él según la tradición griega”. Setillanges, La vida intelectual.
[2] “Aquellos que no encuentran el tiempo para hacer ejercicios deberán encontrar el tiempo para estar enfermos”. Un médico inglés.
[3] “Cuanto más el espíritu quiera ser paciente y productivo, tanto mejor debe buscar ocupar al mismo tiempo el cuerpo en cosas insignificantes (pequeños trabajos) … Es como un cable negativo que se deja arrastrar por la tierra para poder ser más positivamente activo y fecundo.” Novalis
[4] “No toleres cualquier cosa cerca de tuyo que no sea útil o que no encuentres adecuado”. Ruskin
[5] La preparación del trabajo implica un lugar y más todavía una atmósfera. La primera precaución es tenerlo, y ello pude asemejarse a una prisión. Elegir una habitación tal que todo sea allí calma y sin motivaciones que dispersen. Sertillanges (Obra citada).
[6] “Cuando el cansancio se hace sentir, la atención no es ya casi posible, a menos que sea bien ejercida. Vale más, entonces, buscar relajarse, y luego, un poco más tarde reiniciar; desprenderse y reanudar, del mismo modo como se inspira y expira.” Simona Well, Attente de Dieu, Ed. La Colombe.
[7] “La regla de oro del trabajo intelectual puede traducirse de esta manera: no toleres ni mitad trabajo, ni mitad reposo. Date entero o abandona absolutamente. Que no haya en ti mezcla de opuestos.” Jean Guitton, Le travail intellectuel, Ed. Aubier.