08
de enero 2017. Conferencia de extensión universitaria basada en la
Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, por el Director de la
Residencia Universitaria “San José”, Pbro. Oscar Ángel Naef.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Parte 1.
EL
SABER TEOLÓGICO CONSTITUIDO
Parte 1
Parte 1
Cómo se da el camino para establecer la ciencia, es decir: el proceso para la adquisición del hábito científico (ciencia) de la Teología. Trataremos el tema de la teología como ciencia, y para ello seguiremos al doctor angélico en el tratamiento que hace del tema en I. q1.
Esta
primera cuestión a la que haremos referencia es un tratamiento
preliminar e introductorio sobre la teología en su naturaleza y
método.
El
Santo Doctor estudia allí diez artículos en el siguiente orden:
I_
Naturaleza de la Teología (a1-7)
a)
Existencia y naturaleza de la teología (a.1)
b)
Teología como ciencia (a.2-5)
c)
Teología como sabiduría (a.6)
d)
Objeto de la Teología (a.7)
II_
Ámbito de la Teología (a.8-10).
1_
Necesidad de la ciencia teológica: su objetivo.
Santo
Tomás se pregunta si es necesario que haya una ciencia distinta de
la Filosofía. Y ello es comprensible ya que el rango de ciencia para
la Teología era discutido en su época desde el ámbito de las artes
liberales.
Es
importante destacar que no es casualidad que el Santo Doctor haya
comenzado por preguntarse sobre la necesidad de la Teología, pues
que algo sea necesario indica como consecuencia su existencia. Y así,
no solo probamos la necesidad de la ciencia teológica sino también
su existencia.
Nos
preguntamos entonces, por la necesidad de la Teología, y para ello
conviene saber que es aquello de lo cual nos preguntamos su
necesidad.
1.a_
Concepto de Teología
Encontramos
como primer elemento que la teología estudia a Dios, no en cuanto
resplandece en el mundo sensible, sino según como el se ha
manifestado. Y así se diferencia de la Teología natural que se
hacerca a Dios desde el orden creado.
Luego
de este primer acercamiento damos una primera definición:
DEFINICIÓN
1
“Conocimiento
que Dios tiene de sí mismo y de todas las cosas creadas por Él,
manifestado al hombre”.
Esta
definición nos acerca al concepto mostrando que hay un conocimiento
de la intimidad de Dios, de su sabiduría, por una donación o
participación de Dios al hombre. Pero plantea también un serio
inconveniente como el que no se diferencia la Teología de la Fe
infusa. Por lo cual debemos preguntarnos si realmente hay una
diferencia.
Distinguimos
entonces, entre Fe infusa que es el simple asentimiento de la verdad
revelada; y la teología que supone una actividad intelectual, donde
el asentimiento se da no solo por la autoridad de Dios que revela,
sino también por el discurso racional mediando la gracia. Se da en
Teología un conocimiento de una verdad inferida por discurso natural
desde una verdad revelada. Esto nos pone frente a la verdad en una
doble perspectiva: las verdades formalmente reveladas (objeto de la
Fe) y las virtualmente reveladas (objeto propio de la Teología).
Estamos
en condiciones de dar ahora una definición más acabada, teniendo en
cuenta: 1) Una ciencia que trata de Dios bajo la luz de la divina
revelación, y 2) Un hábito científico que versa sobre las
conclusiones adquiridas por rigurosa demostración desde las verdades
admitidas desde por la Fe.
DEFINICIÓN
2.
“Hábito
intelectual que versa sobre las verdades virtual e implícitamente
reveladas”.
Se
sigue de la definición que las verdades formales (artículos de Fe)
son los principios de donde parte la Teología para demostrar las
conclusiones. Mientras que las conclusiones (verdades virtuales) son
objeto de la ciencia teológica.
1.b_
Planteo de la necesidad de la Teología
Surgen
tres necesidades encadenadas que culminan con la necesidad de la
Teología:
1)
Necesidad de un conocimiento de las cosas divinas por medio de la
revelación.
2)
Necesidad de la Fe divina.
3)
Necesidad de la Teología.
La
base del planteo de este encadenamiento es la naturaleza de la
creatura racional donde reside la Fe. Así la necesidad de la
revelación (fundada en el fin), nos lleva a la necesidad de la fe
(fundada en la debilidad y límite de la naturaleza) y por último la
necesidad de una ciencia que verse sobre dichas verdades (fundada en
la racionalidad limitada: verdad creída que busca ser entendida y
amada).
El
triple planteo se desencadena a partir de dos preguntas claves:
a)
¿ Es necesario que el hombre conozca por vía de revelación divina
aquellas verdades sobrenaturales y divinas que trasciende su
capacidad natural de entender?
b)
¿Es necesario que sea revelado al hombre el otro género de verdades
que no exceden la virtud natural de la inteligencia humana?
1.c_
Justificación de la necesidad de la Teología (a.1).
Haremos
la justificación contestando a las dos preguntas que hemos planteado
anteriormente. Esta respuesta la encontramos en I q 1 a 1 c.
El
primer acercamiento lo encontramos en la introducción del primer
artículo:
“fue
necesario para la salvación del género humano que, aparte de las
disciplinas filosóficas, campo de investigación de la razón
humana, hubiese alguna doctrina fundada en la revelación divina”.
Respuesta
a la pregunta a):
“En
primer lugar porque el hombre esta ordenado a Dios como un fin que
excede la capacidad de comprensión de nuestro entendimiento…Ahora
bien, los hombres que han de ordenar sus actos e intenciones a un fin
deben conocerlo. Por tanto, para salvarse necesito el hombre que se
le diesen a conocer por revelación divina algunas verdades que
exceden la capacidad de la razón humana”.
Respuesta
a la pregunta b):
“Más
aún, fue también necesario que el hombre fuese instruido por
revelación divina sobre las mismas verdades que la razón humana
puede descubrir acerca de Dios, porque las verdades acerca de Dios
investigadas por la razón humana llegarían a los hombres por
intermedio de pocos, tras de mucho tiempo y mezclada con muchos
errores, y, sin embargo, de su conocimiento depende que el hombre se
salve, y su salvación esta en Dios. Luego para que con más
prontitud y seguridad llegase la salvación a los hombres fue
necesario que acerca de lo divino se les instruyese por revelación
divina”.
Por
último, al final del artículo, une estos dos aspectos de
justificación:
“Por
consiguiente, fue necesario que, aparte de las disciplina
filosóficas, en cuya investigación se ejercita el entendimiento,
hubiese una doctrina sagrada conocida por revelación”.