11
de enero 2017. Conferencia de extensión universitaria basada en la
Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, por el Director de la
Residencia Universitaria “San José”, Pbro. Oscar Ángel Naef.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Parte 2.
EL
SABER TEOLÓGICO CONSTITUIDO
Parte
2
Suma
Teológica, Iq 1.
1.d_
Objeto de la Ciencia Teológica (a.7)
No
podemos decir que nuestra tarea haya acabado una vez demostrada la
necesidad de la Teología; sino, por el contrario, nos queda
establecer el objeto sobre el cual versa y asím determinar su ámbito
y especificidad. Para ello será muy provechoso el aporte de I, 1, 1,
ad 2; y I, 1, 7.
En
el a.1, ad 2, Santo Tomás nos presenta un primer momento de
reflexión sobre la diversidad de ciencias y el modo en que se
delimita el campo de acción o investigación:
“Lo
que constituye la diversidad de las ciencias es el distinto punto de
vista bajo el que se mira lo cognoscible. En efecto, el astrónomo
demuestra la misma conclusión que el físico, examinando que la
tierra es redonda; pero el astrónomo lo hace empleando medios
matemáticos, que prescinden de las cualidades de la materia, y el
físico usa medios materiales. Por esto no se ve inconveniente en que
de las mismas cosas que estudian las disciplinas filosóficas, en
cuanto asequibles con la luz de la razón natural, se ocupe también
otra ciencia en cuanto que son conocidas con la luz de la revelación
divina. Por consiguiente, la Teología que se ocupa de la doctrina
sagrada, difiere en género de aquella otra teología que forma parte
de las ciencias filosóficas”.
Cuando
vamos a referirnos al objeto de una ciencia conviene que distingamos
entre objeto material y formal. El objeto material es todo aquello
que de alguna manera cae bajo la consideración de la ciencia y el
objeto formal es aquella especificidad de estudio que se toma en el
objeto material. Así varias ciencias pueden coincidir en el objeto
material y no por ello tratar de lo mismo y en un mismo sentido; es
el objeto formal el que especifica en último término a cada
ciencia. A este tema hace referencia Santo Tomás en el párrafo
citado anteriormente cuando dice “…quod diversa ratio
cognoscibilis diversitatem scientiarum inducit”.
En
el art. 7 se pone expresamente en cuestión el tema del objeto de la
Teología al preguntarse: “si Dios es el sujeto de esta ciencia”.
Veamos, entonces, el cuerpo del artículo:
“El
sujeto de esta ciencia es Dios. El sujeto de una ciencia tiene con
ella la misma relación que los objetos con sus respectivas
facultades ó hábitos. Propiamente hablando, el objeto de una
potencia o hábito es aquello por lo cual las cosas dicen relación a
tal potencia o hábito, como el hombre y la piedra dicen relación a
la vista por el color, y de aquí que lo coloreado sea el objeto
propio de la vista. Pues bien, como en la doctrina sagrada todo se
trata desde el punto de vista de Dios, bien porque es el mismo Dios o
porque está ordenado a Dios como principio y fin, síguese que el
sujeto de esta ciencia es Dios. Esto mismo se prueba por la
naturaleza de los principios de esta ciencia, que son los artículos
de Fe, y la Fe tiene por objeto a Dios, ya que uno mismo es el objeto
de los principios y el de toda la ciencia, puesto que toda ciencia
está contenida virtualmente en sus principios.Hay, sin embargo,
quienes, en vistas de las materias que trata y no del punto de mira
bajo el que las estudia, le han asignado muy diversos objetos, y así
para unos serían cosas y signos; para otros, la obra de la
redención; para otros el Cristo total, esto es, la cabeza y los
miembros. Ciertamente que la ciencia sagrada trata de todas esas
cosas, pero lo hace en orden a Dios”.
Habiendo
encontrado los elementos necesarios sistematizaremos el tema del
objeto de esta ciencia del siguiente modo:
1)
El objeto material (todo aquello que de alguna manera cae bajo
consideración)de la Teología es Dios.
2)
El objeto formal debe asumirse en dos dimensiones:
a)
Objeto formal terminativo (aquella formalidad que la ciencia
considera en su objeto material), de la Teología es Dios bajo la
razón propia e íntima de la divinad.
b)
Objeto formal motivo (aquella luz o medio por el cual una ciencia
considera su objeto formal terminativo), de la Teología es la
revelación virtual.
2_
La Teología como ciencia (a.2)
En
el artículo 2 se recogen dos objeciones a la posibilidad de
considerar a la Teología como ciencia:
1)
La ciencia se basa en principios evidentes. La teología tiene
principios que no lo son.
2)
NO hay ciencia de lo particular; pero la Teología trata de
particulares como de Abraham, etc.
La
objeción 2 se resuelve desde la objeción temática que otorga el
objeto formal.
La
objeción 1 surge desde el planteo aristotélico de ciencia: “ciencia
es un conocimiento evidente de las conclusiones contenidas en sus
principios”. Y la Teología procede de principios inevidentes
(misterios de Fe), por lo cuales las conclusiones también serán
inevidentes y de ese modo es imposible hablar de ciencia.
Para
resolver esta última objeción el doctor Angélico hace entrar en
juego el concepto de ciencia subalternada, que lo asume en forma
analógica.
2.a_
Ciencia subalternada.
Una
ciencia es subalternada cuando se subordina a otra (subalternamente),
de la cual es distinta realmente.
Nos
preguntaremos de que modo se puede decir que una ciencia se subordina
a otra. Y así, nos encontramos con dos razones:
a)
En cuanto a algún elemento accidental.
b)
En cuanto a la razón formal y esencial, (cuando de los principios en
los cuales y por los cuales una ciencia debe ver conclusiones, no son
evidentes dentro de esa ciencia, sino en otra superior).
Pero
también tendremos que considerar un hecho esencial que es el doble
estado en que encontramos la ciencia subalternada:
a)
Subalternada y subalternante en un mismo sujeto.
En
este caso es posible resolver de un modo evidente las conclusiones en
los principios, por lo cual hay una evidencia actual. A este modo lo
llamamos ciencia perfecta.
b)
Subalternante y subalternada separadas en el sujeto.
No
se da aquí evidencia actual ni de los principios ni de las
conclusiones. Sus principios los posee en virtud de la fe que presta
a la persona en quien se encuentra la subalternante. Es una ciencia
en estado imperfecto.
Vale
que nos preguntemos en este momento si se salva en la subalternada,
así separada, el concepto de ciencia.
Diremos
que la Fe en el científico que posee la subalternante es solo un
substituto del hábito científico de la subalternante, impuesto al
sujeto que desarrolla el hábito de la subalternada por su
imperfección. Por lo tanto, la ciencia subalternada en sí dice
orden (positivo y esencial), no al hábito del sujeto, sino a la
ciencia subalternante. Este orden a la ciencia subalternante entraña
orden esencial a la evidencia que hay en aquella ciencia, es aptitud
esencial de evidencia, es evidencia virtual. Luego toda ciencia
subalternada lleva en su esencia evidencia potencial y virtual; luego
es; substancial y esencialmente ciencia.
2.b_
La teología como ciencia subalternada.
Aplicando
el concepto de subalternación de las ciencias, Santo Tomás
subordina la Teología a la ciencia divina y a la teología de los
comprensores en el cielo, porque sus principios tienen evidencia en
la ciencia de Dios y en la de los bienaventurados.
Pero
la Teología en nosotros (viadores) se encuentra separada de la
ciencia subalternante. Poseemos sus principios (los artículos de Fe)
por medio de la Fe divina, que es un sustituto circunstancial y
momentáneo de la visión clara de Dios.
Algunas
consecuencias de lo dicho:
-No
tenemos evidencia ni de los principios ni de las conclusiones.
-
La Teología se encuentra en nosotros de modo imperfecto.
-La
Teología es substancialmente ciencia porque dice orden esencial a la
Teología beatífica del cielo, de quien recibirá la evidencia.
En
el cielo, cuando sea unida a su subalternante, se hará ciencia
perfecta (fe reemplazad por la visión).
3_
La unidad de la ciencia teológica (a.3)
Luego
de encontrarnos con la necesidad de la Teología y su entidad de
ciencia, queremos saber si nos referimos a una ciencia o varias que,
integrarían un “saber” llamado teológico.
Tengamos
en cuenta en primer lugar que, la unidad sigue al ser y que si nos
encontramos con la causa del ser de una cosa habremos encontrado la
causa de su unidad.
Aplicando
estos principios a la realidad de la ciencia descubrimos que el
objeto formal le da al ser y le otorga unidad a cada ciencia.
3.a_
Unidad en el objeto formal terminativo
Recordemos
que el objeto formal terminativo de la Teología es Dios bajo la
razón íntima y propia de la Divinidad. Y, así, considera múltiples
objetos pero en orden a su objeto propio y formal en cuanto se
refieren a Dios como a su principio y fin.
a.3
ad 1:
“La
doctrina sagrada no trata por igual a Dios y de las criaturas, sino
propiamente de Dios, y de las criaturas en cuanto están ordenadas a
Dios como a su principio y fin, y esto no impide la unidad de la
ciencia”.
a.3
ad. 2.:
“No
hay inconveniente en que las potencias o hábitos inferiores se
diversifiquen respecto a objetos distintos, cuyo conjunto forma el
objeto único de una potencia o hábito superior, ya que esta ve su
objeto desde un punto de mira más universal… así también cuanto
se estudia en las diversas ciencias filosóficas puede sin menoscabo
de su unidad, considerarlo la doctrina sagrada desde un solo punto de
mira, esto es, el de poder ser revelado por Dios, y de este modo la
doctrina sagrada viene a ser como un trasunto de la ciencia divina,
que, no obstante ser una y simple, lo abarca todo”.
3.b_
Unidad en el objeto formal motivo
En
esta ciencia todo se estudia bajo la luz de la revelación virtual.
La revelación virtual es una e idéntica en toda la Teología. De
ahí que esta ciencia sea una e indivisible e indesmembrable.
a.3,c:
“La
sagrada doctrina es ciencia una. En efecto, la unidad d ela potencia
o del hábito es considerada desde el objeto, ciertamente no (según)
el material, sino según la razón formal del objeto; y así, un
hombre, un asno y una piedra convienen en la razón formal del color,
que es el objeto de la vista. Si, pues, la sagrada doctrina considera
las cosas en cuanto que son revelación divina, como se ha dicho
(a.1, ad2), todo lo que sea divinamente revelable, comunica en la
razón formal única del objeto de esta ciencia, y , por tanto, queda
comprendido en la doctrina sagrada como en una sola ciencia”.