11 de marzo
de 2017. Resumen de la orientación a los Capellanes sobre discernimiento e
iluminación de los temas sociales. Por el Capellán Mayor del Ejército, Pbro.
Oscar Ángel Naef.
SI LA DOCTRINA SOCIAL DE
LA IGLESIA ES TEOLOGÍA.
“Toda escritura, divinamente inspirada,
sirve para enseñar, argüir, corregir y educar en la justicia” (II Tim 3, 16)
Dos problemas centrales
se nos presentan para afirmar que “hacer Doctrina social es hacer teología”.
En primer término, una
cierta incompatibilidad en el sujeto de estudio, pues la teología se refiere a
Dios y la Doctrina social al ser social del hombre.
En segundo lugar, con
relación al método nos encontramos que la teología es máximamente deductiva y
la Doctrina social asume las problemáticas del ser histórico mediante procesos
inductivos.
Por otro lado, nos
encontramos con aquello que claramente expone “Sollicitudo rei sociali” en el
nº 41: la Doctrina social es teología y especialmente teología moral.
Frente a este estado de
cosas cabe decir que en cuanto a la ciencia teológica en su definición (hábito
intelectual de las verdades virtualmente reveladas), se incluye no sólo la
consideración extrínseca de lo revelado, sino también lo revelado en su
inteligibilidad (intellectus fidei), lo cual abre una multitud de ámbitos de
investigación. Así se puede concebir un estudio de la dimensión social del
hombre desde la revelación. En razón del sujeto (I, 1, 7) se incluye el estudio
del hombre en su ser social (doble perspectiva: ontológica e histórica), en
cuanto se ordena a Dios como a su fin. La Doctrina social se ocupa de ese
camino en que la realidad social debe ordenarse para alcanzar a Dios (I, 1, 4)
como bien común sobrenatural.
Cabe entonces, responder
al problema del sujeto de estudio diciendo que en razón del objeto formal
terminativo la teología considera lo múltiple (contenido material de la
revelación), pero en orden a su objeto propio que es Dios, principio y fin de
todo el orden creado.
Por último, en cuanto al
problema del método, la Doctrina social no se aleja del método general de la
teología en cuanto que sus principios son los “articulum fidei” de los cuales
parte y en los cuales resuelve sus conclusiones. De ese modo la inteligencia de
la fe usa diversos aportes que incluye como mediaciones en el razonamiento.
NOTA: En cuanto al
razonar teológico adherimos a Juan de Santo Tomás: in Ia. Partem, q1 disp2, a4
(ed Solesmes) que afirma que para que una conclusión sea teológica el razonamiento
debe extraer, a través de un término medio que aporte objetivamente algo nuevo,
una virtualidad que no se relacione con lo revelado sino a través de ese medio.