Recordando algunos consejos al llegar la fecha de exámenes en la universidad

Luego de transcurrido gran parte del tiempo de la cursada de este año cabe reflexionar sobre nuestro propio trabajo intelectual para fortalecer de un modo razonable aquellos caminos que nos hayan llevado a maximizar las potencialidades y que debo asumir rigurosamente en los días anteriores a los exámenes.
1.- Las horas de sueño ordenadas en razón de las exigencias que se van enfrentar
Se debe vencer una tentación siempre presente en la vida del estudiante que reaparece con fuerza en cada período de exámenes: “dormir menos para tener más tiempo en la preparación”. La falta de descanso reciente, trastorna, toda la vida del estudiante. Especialmente incide en lo que hace a la eficacia de los procesos intelectuales propios del orden académico que necesitan una maduración que está atada directamente al verdadero descanso. Digámoslo de otra manera: es necesario dormir lo suficiente como para permitir que el cerebro asimile, integre, asocie y registre la información. Sólo este proceso bien logrado habilita el camino de para la memorización y posterior comunicación que será requerida en el examen.
2.- Las horas de estudio ordenadas en razón del estudio
Más allá de preguntarnos por cuál es el espacio del día más adecuado para la concentración, es imprescindible incorporar en la organización del cronograma de tareas los bloques de horarios de estudio con sus necesarias interrupciones o pausas que permitan un descanso y recuperación del cerebro respetando su orden biológico. En este sentido podemos afirmar que el cerebro se agota. De ahí que es necesario insistir que en el diseño del horario de estudio deben de introducirse pausas regulares en las cuales aprovechar para moverse, cambiar de respiración y por cierto de actividad. En ese planeamiento debe tenerse en cuenta también, que, según la experiencia recogida por los expertos en técnicas de estudio universitario, dedicar un espacio antes de ir a dormir para el repaso de las síntesis hace más eficaz la asimilación de la información.
3.- Estudio individual y estudio grupal
La experiencia de quienes acompañan a los estudiantes universitarios en sus procesos académicos muestra que hay que hacer ambas cosas, tanto el estudio individual como el grupal. Objetivamente el espacio más amplio del proceso intelectual de estudio académico debe centrarse en los abordajes personales. En esos procesos no todos los estudiantes requieren los mismos tiempos o las mismas técnicas. Por ejemplo, algunos necesitan escucharse en la lectura de los textos, otros acuden a la técnica de la lectura repetida de los mismos textos, algunos memorizan esquemas acompañados por imágenes, etc. Vemos que la asimilación de los contenidos y la organización de las ideas es algo muy personal. Sin embargo, hay que reconocer que el trabajo en grupo tiene su eficacia en la medida que permite ver diversas maneras de abordar el trabajo intelectual, muchas veces diferentes a la propia, y de este modo se enriquece el camino del estudio. Sucede también, que en esa confrontación del trabajo grupal se ponen objeciones mutuamente, se comparten pequeños trucos para la memorización, se estimula la atención o las motivaciones. Estudiar en grupo puede ser muy movilizador, pero nunca puede reemplazar el tiempo de asimilación personal donde se da la parte más importante del proceso intelectual en la vida universitaria.
Autor: Padre Oscar Angel Naef