Ceremonia conmemorativa por el día del Arma de Caballería y su Santo Patrono "San Jorge"



(29/04/16) Invocación Religiosa pronunciada por Capellán Mayor del Ejército Argentino, Pbro. Oscar Ángel Naef, en el Campo Argentino de Polo.

Santo y fuerte es el Señor de los ejércitos. Es él quien nos enseña en los Proverbios (21,31) que se prepara el Caballo para el combate pero la victoria es del Señor.
El combate no se agota en el esfuerzo, necesita del compromiso que implica sacrificio y entrega para que nuestro Dios corone la empresa con el triunfo.
Es nuestro Padre de los cielos quien permanentemente nos ha dado soldados de caballería que supieron vivir su vocación al ritmo de la historia de la Patria, entregando su vida en la defensa justa de la comunidad de nuestra nación.
En nuestra caballería hemos podido observar hombres de bien, profesionales de valía, ciudadanos virtuosos que sepultaron con su grandeza el permanente riesgo de los luchadores enanos caracterizados por la audacia y l a agresividad de los intereses mezquinos del poder, los honores o el dinero.
Le pedimos al Señor Jesús que la memoria de estos soldados sea vínculo de comunión con aquellos y sus valores cargando sobre los hombros un verdadero compromiso con la sangre de los camaradas entregada por l a verdad, la libertad, la justicia y el amor por este bendito suelo de nuestra Patria.
El amor que alimenta la vida del soldado es un valor que brota del evangelio, es un llamado de Dios a la liberación, agitando los impulsos más auténticos del corazón humano que capacitan para sepultar el egoísmo y la soberbia propios de aquel que vive como que Dios no existiera.
¿Permitirás Señor que la Caballería argentina vuelva a ser un lugar donde puedan residir los heroicos soldados de mi Patria?
El reclamo del amor heroico, que tu Señor nos haces, es sin duda un llamado a romper las ataduras del cálculo político y hacer realidad los sueños que están en el corazón del pueblo que recuerda a sus próceres y espera en las tropas de su Patria ver esos mismos valores que identifican nuestra tierra.
María de la Merced, Virgen Generala de nuestro Ejército, a ti confiamos la vida de los soldados de Caballería y sus familias. Protégelos desde el cielo en el camino de la vida.