01 de marzo de 2017. Homilía pronunciada por el Pbro.
Oscar Ángel Naef, Capellán Mayor del Ejército, con motivo de la Santa Misa de
Cenizas celebrada, a solicitud de la Asociación de Socorros Mutuos de las
Fuerzas Armadas, en el Panteón Militar del Cementerio de la Chacarita. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El rito del Miércoles de Cenizas nos
hace entrar en un camino espiritual en el cual la acción del Espíritu Santo nos
hará acompañar al Señor en los momentos culminantes de su vida.
Nuestro querido Papa Francisco lo
dice de este modo: “La cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a
un destino seguro: La Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la
muerte…es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través de
los medios santos que la Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna”
(Mensaje para la Cuaresma 2017).
Las cenizas son signo de penitencia y
conversión. Son signo de trabajo interior, de reforma de nuestra vida, de
docilidad al Espíritu del Señor que quiere transformarnos para que luzca en
nuestra vida la obra de quien es capaz de sepultar el pecado y la muerte para
hacernos resucitar con Él a una vida nueva.
Acompañemos a Jesús en esta cuaresma.
Dejemos que Él nos salve. Conozcamos al Señor frecuentando su presencia,
meditando su palabra, y ejercitando nuestra oración a través del Santo Vía
Crucis.
Que la Virgen dolorosa que acompañó a
su Hijo en su pasión, muerte y resurrección nos acompañe en esta cuaresma para
sepultar el hombre viejo que está en nosotros y resucitar con Cristo siendo
verdaderos hombres nuevos.
